VIDEO | ¿Qué esconde Insfrán? El rey de la opacidad que no esclarece cómo usa los fondos públicos de la provincia

La administración de Gildo Insfrán, que lleva casi 30 años en el poder desde 1995, enfrenta críticas constantes por su falta de transparencia en el manejo de fondos públicos.
En una provincia donde el 82 por ciento de los ingresos proviene de la coparticipación federal, según la consultora Idesa, los ciudadanos y la oposición luchan por saber cómo se gastan esos recursos. Sin embargo, la ausencia de una ley de acceso a la información pública y de una Fiscalía de Investigaciones Administrativas convierte esa tarea en una misión casi imposible.
ESCÁNDALO: Gildo Insfrán usa una camioneta de lujo pagada con un fondo de salud pública.
— Gaby Neme (@gabrielaneme) February 19, 2025
Lo denunciamos en Comodoro Py junto al ministro de Seguridad (que lo admitió en una entrevista) y al directorio del Banco Formosa por MALVERSACIÓN DE FONDOS, FRAUDE, ABUSO DE PODER y LAVADO… pic.twitter.com/exBRgAN36t
#LiberenFormosa Basta de Gildo Insfrán ‼️
— Silvia_RepublicanaOK (@Republica_naOK) October 28, 2024
👉8 mandatos consecutivos. Insfrán, gobierna Formosa desde 1995. 29 años de gestión y quiere más...
Muchos dicen…Pero lo siguen votando…
Realmente creen que gana las elecciones porque gobierna bien o gana porque la mayoría es rehén de… pic.twitter.com/4LS8nZMrt7
Por eso, los datos específicos sobre el destino del dinero son escasos y opacos. Formosa recibe unos 2,350 dólares por habitante en coparticipación, frente a los 900 dólares promedio nacional, según Idesa, pero sigue exhibiendo un 40 por ciento de pobreza (INDEC) y solo 3.8 empresas privadas por cada 1,000 habitantes (Fundación Observatorio Pyme).
Esta contradicción alimenta las sospechas de una gestión discrecional, donde el supuesto superávit fiscal, destacado por Insfrán en su discurso de 2023 como un logro de 21 años, podría esconder subejecución o desvíos.
Además, las denuncias concretas refuerzan estas dudas. En 2025, la diputada provincial Gabriela Neme reveló que Insfrán adquirió una Toyota Land Cruiser 300 VX, valuada en más de 210,000 dólares, con fondos de un fideicomiso destinado a salud, seguridad y tecnología.
Con documentos en mano, Neme mostró pagos desde cuentas públicas, pero el gobierno no ofreció explicaciones ni desgloses. A esto se suma un análisis de 230 documentos de 2024 que expuso pagos millonarios a empresas como Pilaga Construcciones, presidida por Héctor Mario Romay, excuñado de Insfrán, sin avances claros en las obras.
Entonces, el control institucional brilla por su ausencia. La Legislatura, dominada por el oficialismo, no publica la cuenta de inversión ni ejerce fiscalización efectiva, y la Justicia local, según el constitucionalista Daniel Sabsay, carece de independencia.
En 2020, Infobae informó que ni siquiera con pedidos judiciales la oposición logró acceder a datos presupuestarios. Así, el “Modelo Formoseño” se sostiene en un blindaje político que frustra cualquier intento de rendición de cuentas.
En consecuencia, la falta de transparencia no solo impide conocer el uso real de los fondos, sino que perpetúa un sistema bajo sospecha de clientelismo y malversación.
Con 68 empleados públicos por cada 100 habitantes (Cippec) y una economía estancada, Formosa parece atrapada en un esquema donde el poder de Insfrán prevalece sobre la claridad. Las denuncias, como la de Neme, son apenas la punta de un iceberg que el gobernador mantiene sumergido tras un velo de secretismo.