El defensor del Pueblo, José Leonardo Gialluca, advirtió que mientras los precios siguen escalando con nuevas listas que anticipan nuevos aumentos, los mayoristas ya reconocen que el consumo “está muy bajo”.

El relevamiento de la Defensoría se realizó en supermercados y autoservicios, responsables del 70 por ciento de las ventas a los hogares formoseños. Uno de los rubros más afectados fue el de bebidas, con una caída del 18 por ciento en alcohólicas y del 16 por ciento en gaseosas y aguas.

La crisis también golpea otros sectores del consumo masivo: los productos de higiene personal y cosmética, así como los artículos de limpieza del hogar, registraron retrocesos del 3,3 por ciento.

A esto se suma una alarmante baja del 15,6 por ciento en productos considerados de consumo “impulsivo”, como golosinas, postres, alfajores y chocolates.

En este escenario, la inflación en alimentos y bebidas –que rondó el 6 por ciento solo en marzo– se consolida como uno de los principales factores que erosionan el poder adquisitivo de la población.

Mientras millones de argentinos ven deteriorarse su calidad de vida, el Gobierno de Gildo Insfrán permanece inmóvil, sin políticas de contención reales, y la administración nacional encabezada por Javier Milei profundiza el ajuste con medidas que han desatado una crisis sin precedentes en el consumo.

A pesar de este derrumbe, la venta de electrodomésticos mostró un repunte gracias a los planes de cuotas, un dato que lejos de aliviar el drama generalizado, deja en evidencia la enorme disparidad entre sectores.

Según Gialluca, la contracción del 8,6 por ciento en el primer trimestre representa “la tercera peor marca de los últimos 22 años, después de las crisis del 2002 y 2003”. El mes de marzo fue particularmente crítico, con una caída generalizada en la compra de productos esenciales, especialmente alimentos.

Las propias empresas y supermercados reconocen que la recuperación será lenta y que podría comenzar, con suerte, recién en el segundo trimestre del año. Sin embargo, el panorama sigue dominado por la incertidumbre, agravada por una inflación sin control tras el levantamiento del cepo cambiario.

El defensor del Pueblo alertó finalmente que se está instalando una peligrosa “dolarización en pesos” de los precios, lo que condena a miles de familias a vivir en un escenario de aumentos constantes y salarios estancados. Frente a este drama social, la respuesta oficial brilla por su ausencia.