Política
19 de abril

Propaganda, represión y abandono: la otra cara del Día del Aborigen Americano con el inefable Insfrán

La imagen fue clara y contundente: frente a un pequeño grupo de representantes de comunidades originarias, se imponía una enorme gigantografía del rostro de Gildo Insfrán.

La imagen fue clara y contundente: frente a un pequeño grupo de representantes de comunidades originarias, se imponía una enorme gigantografía del rostro de Gildo Insfrán, junto al escudo del Partido Justicialista y el lema del "Modelo Formoseño".

A eso se sumaba la consigna "Unidos, Organizados y Solidarios", repetida hasta el cansancio en las campañas del oficialismo.

Una vez más, el Gobierno provincial borró cualquier frontera entre el Estado y el partido, usando fondos públicos y una fecha histórica para seguir alimentando el culto a la figura del gobernador, mientras las comunidades indígenas siguen marginadas, sin acceso al agua, a sus tierras, a una asistencia real y a derechos básicos.

El contraste no podría ser más brutal: mientras en el paraje Ayo La Bomba se montaba ese acto partidario disfrazado de conmemoración, a pocos kilómetros, en Campo del Cielo, la represión estatal caía con violencia sobre las comunidades lideradas por el cacique Delfín García. ¿El motivo del reclamo? Algo tan elemental como que se abrieran las compuertas que mantienen sus campos inundados y provocan la muerte de su ganado.

En Laguna Yema, en cambio, se vivía un verdadero homenaje cultural y plural en el Día del Aborigen Americano, impulsado por el municipio que dirige Nilton Werning. Pero mientras tanto, en Churcalito, circulaba un video que generó indignación: punteros del PJ, como Jorge Meza, Enri Cansino y Mary Casas González, repartían chapas y bolsones a familias bajo el agua, todo "en nombre de Gildo Insfrán".

El colmo: en el mismo video, se escucha a Enri Cansino agradecerle públicamente al gobernador por una ayuda que él mismo entrega, como si no formara parte de la estructura política responsable del abandono. "Te inundan y después te hacen agradecerles por darte una chapa", resumían, entre bronca y tristeza, los vecinos en redes sociales.

Las frases que circularon no dejaron lugar a dudas: "Te rompen las piernas y después te obligan a agradecerles porque te dan muletas". "Te reprimen, te empobrecen, y encima te hacen aplaudirlos por darte una chapa". "Esto no es solidaridad, es humillación planificada".

Lejos de ser un día de reconocimiento a los pueblos originarios, el 19 de abril terminó exhibiendo, una vez más, las miserias de un sistema de poder que hace décadas se sostiene sobre el clientelismo, la propaganda, la represión y el uso político del hambre y la necesidad.

Otra escena de esa Formosa profunda que rara vez aparece en los medios oficiales, pero que se repite a lo largo y ancho de una provincia gobernada como un feudo, donde el Estado llega solo para asistir con lo que antes fue negado.

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