
Con el aumento anunciado con bombos y platillos, el gobernador Gildo Insfrán le aseguró a los empleados estatales por lo menos que no queden bajo la línea de la indigencia, ya saltear la de la pobreza es mucho. Como quien dice, por lo menos ahora podrán comprar el asado y la coca, y ya no elegir entre uno o lo otro.
El gobernador hizo el anuncio de un aumento salarial del 25 por ciento que se calcula, como siempre, sobre el valor del salario que cobraba el empleado estatal en febrero de este año, y no sobre el valor de agosto, con los aumentos establecidos en el último tiempo.
Una trampa para decir que en el acumulado anual hay 95 por ciento de aumento, pero que en realidad es menos porque se calcula sobre una base vieja. Así, por ejemplo, el empleado estatal lo que tuvo es un aumento mínimo, literal, para poder comprar el asado y pagar la coca.
Quienes estaban percibiendo 160 mil, pasarán ahora a ganar 200 mil, la Canasta Básica Total, es decir que la incluye no solo alimentos, sino también vestimenta, útiles y otros ítems, está en el orden los 350 mil. Ganar menos que eso, para una familia tipo en Formosa, es estar bajo la línea de la pobreza.
Así las cosas, los gremios afines, los que se sientan en la mesa, supuesta mesa de paritarias, salieron a alabar al gobernador porque “nuevamente el salario supera a la inflación”, repitiendo la mentirosa frase de Insfrán en la conferencia de prensa donde se anunció el aumento.
Sin bono, porque según el gobernador, lo suyo es “política salarial” y no un parche de una sola vez (¿palito encubierto para Sergio Massa a quien sigue sin nombrar?) por lo que prefiere mil veces otorgar aumentos pequeños durarán por siempre a otorgar una solución de una vez.
La fiesta del despilfarro
Hay prioridades, y el Modelo Formoseño no sabe de ello. O mejor dicho, sabe de cómo alterar el orden de los factores.
Cómo puede ser que se destinen 339 millones de pesos en la Fiesta Nacional del Pomelo trayendo figuras cuando hay lugares donde todavía el sueño del agua potable por red sigue vigente, o donde no hay cloacas; y el Modelo Formoseño ¿no es próspero acaso?
Emilia Mernes, Los Babasónicos, Los Palmera y La Konga, todos facturando alto, y es verdad, la provincia cuenta con la ayuda del Estado nacional, pero ¿es necesario gastar así a lo loco cuando se sabe que el rédito es realmente poco y todo siempre queda en las mismas manos de siempre?
Por supuesto que el formoseño se merece espectáculos de primer nivel, pero si viviese en una provincia donde realmente los números estuviesen ordenados y no en esta fantasía que vende el Modelo.
Jueces a pedir de boca
Nuevamente los legisladores del gildismo mostraron su funcionalidad como una escribanía del Poder Ejecutivo. No hay iniciativa que cuestione al poder o que sugiera siquiera hacer un poco de cosquillas al mandamás.
Así, dos proyectos de la oposición fueron rechazados sin atenuantes: que los legisladores y funcionarios políticos presenten una declaración jurada de sus bienes; y un aumento salarial para los empleados estatales atado al índice de la Canasta Básica.
Por supuesto que, haciendo uso de su mayoría automática, ambos planteos quedaron descartados.
Y sin pasar por comisiones, se trataron en el recinto, y tratar es una forma decorosa de decir que impusieron a tres jueces afines al partido gobernante para ocupar cargos vacantes en tres juzgados Civiles y Comerciales.
El caso de una de las designadas despertó la indignación: se trata de Cyntia Verónica Rouseau, estará al frente del Juzgado Civil y Comercial Número 5; sin haber litigado nunca, sin trabajar en el Poder Judicial; por ser la esposa del número dos del Ministerio de Economía, Miguel Antinori y ser aportante del Partido Justicialista, solamente por eso, ocupará un lugar en un sitio importante.
Así se maneja el gildismo en todos los ámbitos de la provincia, haciendo y deshaciendo a su antojo, como si Formosa le perteneciera, y jugando a la democracia.