Sergio Massa tiene que estar agradecido con el hombre al que llamó tirano en su momento, porque gracias a ese tirano, a ese señor feudal -porque así lo llamó- ha resultado ganador en una de las pocas provincias donde salió primero, no por él precisamente, sino por el arrastre de la figura del gobernador.
Podríamos empezar este análisis diciendo que desde el día en que se anunció que el candidato del oficialismo, al menos al que más “ganas” le puso el Gobierno, sería Massa, a más de uno, y sobre todo a Gildo Insfrán, se le movió la silla. Habría que empezar a sonreírle y llevarse bien al menos ante las cámaras con el tipo que hace no menos de 10 años te trataba de déspota, de tirano, de señor feudal. Y si el “jefe” se acomodó, todos, los que incluso siguen pensando que el ministro de Economía es cualquiera, no pueden decir nada, porque precisamente, ahora toca bancar. Se tienen que llevar bien, les guste o no. Y Massa debe darle las gracias al tirano, que al menos en Formosa, no salió como el gran perdedor.
Lo que se esperaba en Formosa terminó sucediendo. Con un poco más del 45 por ciento de los votos, la lista completa de Unión por la Patria resultó ganadora. Pero así como ocurrió en otras latitudes, la figura de Javier Milei también fue una sorpresa y la provincia no quedó exenta de la oleada libertaria.
Fruto de la interna feroz de Juntos por el Cambio y de un hartazgo generalizado en la sociedad, La Libertad Avanza de Milei se ubicó como la segunda fuerza más votada de la provincia, desplazando a los amarillos, y así, la figura de Francisco Paoltroni como precandidato a senador y la de Gerardo González como precandidato a diputado nacional, dieron la nota de la noche.
El papel de Juntos por el Cambio ha sido nuevamente malo, por el lado de Gabriela Neme y Fernando Carbajal, otra derrota estrepitosa, y un mensaje de la gente muy claro: no se bancan más a los veletas.
El estar en un lado y querer abarcar otro, el pronunciar un discurso y no se coherentes, todo eso les pasó factura a los candidatos que ahora tendrán que cumplir sus mandato. A ambos les quedan 2 años en la Cámara Nacional de Diputados, en el caso de Carbajal, y en la Honorable Legislatura de Formosa, a Neme; y por supuesto, habrá que prepararse para rearmar porque esta herida es grande para ambos, porque si ya fue difícil digerir el hecho de haber caído en las elecciones provinciales, mucho más difícil será hacerlo con las elecciones nacionales.
Ahora toca, como dijeron ellos, los que perdieron, acompañar a los dos que ganaron: Luis Naidenoff y Ricardo Buryaile. Dos legisladores que, pese a tener el lastre de las reelecciones indefinidas sobre sus hombros, especialmente, Naidenoff; lograron sortear esto con el halo de su candidata presidencial Patricia Bullrich, que convenció más en la interna nacional que Horacio Rodríguez Larreta.
Comienza la cuenta regresiva hacia octubre, y el panorama para un posible cambio paradigmático está a las puertas de ser posible: estamos ante la chance de que por primera vez en años, un hombre que no es del peronismo ni del radicalismo asuma los destinos del país. La moneda está en el aire.