
Cualquiera podría jugar al empresario si la plata no es la suya. Una inversión, que puede salir bien o mal, no alteran en nada a los empresarios que no tienen empresas, o que juegan a que las tienen, con el Estado formoseño. Es lo que sucede por estos lados. Los hijos, los amigos, los primos de los grandes mandamases de la provincia, hacen eso.
Primero fue Bonafide, en plena pandemia, o saliendo ya de ella, con prácticamente todos los comercios destruidos, apareció una firma que se especializa en los chocolates, en los cafés de especialidad y las delicatesen. ¿En Formosa café de especialidad, chocalates? Sí, no importa si salía bien, no importaba si no vendían lo suficiente, la gran espalda del Estado formoseño, del padre, sostenía esta “aventura” de los empresarios Ferreira Tor, la familia del segundo de Gildo Insfrán, el gran “Pomelo” Antonio Ferreira.
Que no solo tiene esa “empresa familiar”, también está en el negocio de la salud. ¿Negocio? Sí, porque tiene dos clínicas de altísima calidad, Premium en Formosa, especializadas en el Diagnóstico por Imagen, y que, casualmente, tiene casi todas las derivaciones de los médicos del sistema público hacia ahí. Inversiones millonarias que nadie sabe de dónde salen, cuando ni siquiera el propio sistema provincial cuenta con esa aparatología. Los Ferreira Tor administran el chocolate y la salud privada en Formosa. ¿Nada mal eh?
Y ahora llegan los alfajores
Siguen apareciendo las empresas familiares, las “inversiones privadas” a la provincia. Con el cierre de una tradicional cafetería como Cascote, llegará una marca reconocida a nivel nacional por la delicia de sus alfajores: Havanna.
Pero por supuesto, nada es lo que parece. La inversión la hace una familia allegada, muy allegada al Gobierno de Insfrán, los Salom. Moisés Salom, padre de quienes tendrían el negocio, es gerente de la empresa COVASA, empresa que está o estaba en todas las obras públicas y con fuerte vinculación con la titular de la UCAP, Stella Maris Manzur”, escribió en sus redes sociales. “Todo está controlado por el gildismo”, dijo el periodista Leonardo Fernández Acosta.
Así, con estos ejemplos, de los cuales hay muchos más, pero resaltamos estos como muestras, el Modelo Formoseño dibuja los números y habla de una prosperidad que no es tal. Entonces, los “lame” y “parásitos” del mismo, como el titular de la supuesta “consultora política” Politiké, Adrián Muracciole, arma informes diciendo que en Formosa el empleo privado crece o que las inversiones del sector privado le ganan a los empleados públicos.
Todo concluye al fin
La semana pasada dábamos cuenta de que la empresa Crucero del Sur le dijo al intendente capitalino Jorge Jofré que en 180 días se iba de Formosa.
Y sus últimos días, recuerdan a su predecesora Ciudad de Formosa del grupo Flecha Bus: colectivos rotos, frecuencias que no se cumplen y días en los que directamente no circulan porque les falta combustible o porque los choferes siguen con los sueldos adeudados.
Ante este escenario adverso y con un boleto que para la mayoría de los usuarios es casi imposible de pagar, 690 pesos, la empresa ya hizo el pedido formal al Concejo Deliberante de la ciudad de Formosa, de un nuevo incremento en el valor del pasaje: 1800 pesos.
Sin dudas, los últimos días de Crucero del Sur en Formosa serán de los peores desde que ha llegado en 2016.
Y a todo esto, esta semana, la firma que comanda Julio Koropeski (del grupo Crucero del Norte), echó a 8 empleados, entre los cuales está nada menos que el gerente local, César Aguirre, más señales de que no hay vuelta atrás, la empresa se va, y como dice la popular canción “todo concluye al fin…”, la cuestión es que, la forma de concluir, no es la mejor.
Que el último apague la luz
Estas semanas pulularon en las redes y en los medios de comunicación, al menos los no alineados con el Gobierno, los reclamos de la gente por los constantes bajones de tensión que impidieron a muchos contar con energía eléctrica para poner accionar sus aparatos de aire acondicionado o los que no cuentan con ello, sus ventiladores.
Con temperaturas superiores a los 38 grados y una sensación térmica pasando los 40 grados, varios barrios de la ciudad y gran parte de la provincia, sufrieron estos días los bajones de la luz, lo que llevó a REFSA a emitir un comunicado donde solo atinó a pedir “disculpas” y cuestionar al Gobierno nacional, como es costumbre.
Y a todo esto, a la ola de calor, se sumaron los sofocones que sufrió más de un usuario al recibir la factura de este bimestre: aumentos superiores al 300 por ciento. Un regalito del Gobierno de Gildo Insfrán que busca recuperar el magro aumento salarial que otorgó hace un mes atrás.
Todo muy lindo por el pueblo donde nadie se rinde…