Perfiles Urbanos
Con el claro objetivo de llegar bien lejos

Magalí Lezcano y el poder de sanar bailando en las redes y llevar una sonrisa a la gente

La artista Magalí Lezcano.
Su objetivo está en el foco de bailar.
El secreto de sanar para ella.
Todo lo enfoca detrás del baile.
Es muy conocida en la provincia de Formosa.

Magalí Lezcano tiene 25 años y fue clara en sus mensajes que compartía durante los primeros vídeos que subió a su cuenta de TikTok: “Bailando hasta hacerme viral”.

Con un ritmo pegadizo, y unos movimientos llamativos, esta jovencita logró que muchos posaran sus ojos en ella, dándole su apoyo a través de los Likes en forma virtual, y luego en la calle, donde la reconocen como “la chica que baila”, pidiéndole fotos. En esta nueva entrega de Perfiles Urbanos de NOVA, vamos a conocer un poco más de ella.

“Me decidí a hacer los Trends en Tiktok porque quería volver a recuperar los seguidores que tenía antes en mi otra cuenta que me bloquearon, por incumplir una Norma. Seguidores que nunca más volví a recuperar desde el 24 de abril de 2024”, cuenta.

Magalí dice que se considera una creadora de contenidos. “Trato de crear contenidos de valor y que me diferencie entre los demás, y uso desde Blocks, Tiktok y Kwai y Youtube, Instagram, Facebook y todo lo que sea redes para llegar a mucha más gente”.

Sobre sus videos dice que son “pura improvisación, solo los que hago publicidades, los hago guionados para no equivocarme en nada”.

Poder vivir de esto..

Al hablar sobre la actividad de ser una creadora de contenido, como se definió, Magalí dijo que apunta a poder vivir de esto, a desarrollarse como tal y poder hacer una vida mejor gracias a las redes.

Una experiencia de vida, un golpe que hizo que toda en la vida cobrara otro sentido.

Magalí contó que su pareja, el padre de sus tres hijos, Gianluca de 8 años, Joahn Brandon de 3 años, y Elías Lionel, de 1 año y 6 meses, es paciente oncológico, y no puede realizar muchas actividades que antes de detectarse la enfermedad, sí.

Por eso, destaca que “cada momento juntos con nuestros hijos, y haciendo lo que nos gusta, lo vivimos a pleno, ya que por lo que pasamos tomamos con otro sentido la vida”.

Por otra parte, dice que tiene como otro objetivo de vida, “sacarles una sonrisa a cada persona que esté pasando por un mal momento, y a todas aquellas que me estén viendo del otro lado de la pantalla, siempre con onda positiva”.

Transformar el “hate” en contenido

Los influencers, los tiktokers, los creadores de contenido como Magalí y otros, se someten constantemente a la crítica, la mayoría de las veces, proveniente de gente que solo opina desde el anonimato, y sin conocer, con la impunidad que da el tener un teléfono celular y el acceso a las redes.

Pero, como toda creadora de contenido, dice que “tomo esto (el hate) como algo normal, algo más, es más, creo que cuanto más hate hay, también hay nuevo contenido para hacer…” Por ejemplo, una vez, alguien le escribió sobre uno de sus vídeos bailando que “se ponga a laburar”.

Entonces ella, desde el negocio familiar que tiene, se puso a bailar mientras atendía al público. En otra ocasión, una mujer, porque mayormente las críticas vienen desde las mujeres, le escribió que se ponga a lavar los platos, a lo que ella respondió con un video bailando mientras lavaba los platos… Creando contenido con el hate que le tiran, una genia.

El reconocimiento en la calle

Para muchos, Magalí es “la chica que baila”. Y ella reconoce que “me pone muy contenta, el cariño de todos, tanto en las redes como en la calles, me súper sorprende que me conozcan en todos lados y eso me motiva más a seguir con todo lo que hago, por el amor de la gente”.

“Me dicen que les gusta mis videos, me preguntan si soy la chica que baila en las calles, me piden para sacarnos fotos y hacer algunos trends”, cuenta emocionada.

El primer vídeo

Magalí nos contó cómo fue el primer vídeo con el que se lanzó a hacer contenidos. “El primer video bailando en la calle es una anécdota, ya que mi pareja me estaba grabando dentro del auto porque estábamos con los 3 chicos y apenas se veía la cámara del celular, y fue con ese vídeo que comenzó todo”.

Pero también hubo complicaciones, como hace no mucho donde una mujer que estaba sentada en la Plaza San Martín, le arrojó agua caliente y le tiró con su zapatilla, porque no le gustó que Magalí bailara cerca de ella.

Otra anécdota o más bien, situación complicada que le toca atravesar, es que “cada vez que tenemos que salir a grabar con nuestro auto, que anda nada bien, se nos queda cada 10 o 5 cuadras; y ahora solo entra en primera, segunda y reversa, así que para llegar al centro tardamos mínimo 50 minutos o más, solo salimos bien cada vez que nos lleva mi suegra y a pesar de todo eso, siempre hacemos videos con la mejor onda y felices”, reconoce.

Fuera del mundo de las redes, y como aún no ha tenido trabajos pagos por sus participaciones en las pantallas, Magalí tiene un kiosco con su pareja, y es ahí donde se dedica la mayor parte del tiempo a estar para solventar sus gastos.

Sueña con llegar a vivir de lo que hace como creadora de contenidos en las redes, pasta tiene, el talento y el encanto para atravesar las pantallas y llegar hasta la gente, también, falta el golpe de gracia, que ella confía, pronto llegará.

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