"El León" tiene ovejas negras: Gerardo González y el manual del acosador vintage

Gerardo González, empresario textil y diputado por La Libertad Avanza (LLA), elegido en las elecciones de 2023 bajo la boleta de Javier Milei, se ha convertido en una figura que despierta más dudas que certezas.
Designado como referente del partido en Formosa de la mano de Karina Milei y Martín Menem, su ascenso dentro de esta fuerza libertaria pone en jaque la coherencia ideológica y la transparencia de LLA en la provincia.
Lejos de encarnar los principios de un partido que pregona la renovación política y el rechazo al statu quo, González arrastra un pasado peronista, serias acusaciones de acoso sexual y escándalos de irregularidades que lo pintan como un oportunista más que como un defensor de las ideas libertarias.
Un pasado que choca con el discurso libertario
Gerardo González no es un novato en la política. Antes de sumarse a LLA, militó durante años en las filas del peronismo formoseño, trabajando codo a codo con Gildo Insfrán, el gobernador que lleva décadas al mando de la provincia y que encarna todo lo que LLA dice combatir: un Estado omnipresente y un sistema clientelar.
González, quien también fue candidato en la boleta de Insfrán hace más de diez años, pasó de ser un aliado del oficialismo provincial a presentarse como abanderado de un partido que promete desmantelar ese mismo modelo. Este giro radical no parece responder a una evolución ideológica, sino a un cálculo político oportunista, especialmente considerando el respaldo explícito que recibió de Karina Milei y Martín Menem, figuras clave en la estructura de LLA.
Denuncias que manchan su reputación
El prontuario de González no se limita a su pasado político. En agosto de 2023, Leyla Naser, una fiscal libertaria, lo denunció por acoso sexual, un hecho que sacudió la interna de LLA en Formosa.
Según Naser, el incidente ocurrió en el marco de su actividad partidaria, lo que agrega un manto de gravedad al caso. González salió rápidamente a desmentir las acusaciones, tildándolas de “operación política”, pero el daño ya estaba hecho. La denuncia, sumada a su historial, plantea serias preguntas sobre su integridad y su capacidad para liderar un proyecto que dice basarse en la ética y la renovación.
Estos hechos, que derivaron en cuestionamientos legales y éticos, no solo comprometen la legitimidad de LLA como fuerza política en Formosa, sino que también exponen la falta de transparencia y seriedad en la conducción de González. ¿Cómo puede un partido que promete limpiar la política argentina tolerar este nivel de desprolijidad bajo uno de sus referentes?
Un referente cuestionable para un proyecto en cuestión
Gerardo González, elegido como referente de La Libertad Avanza en Formosa con el aval directo de Karina Milei y Martín Menem, es una paradoja ambulante. Su pasado al servicio de Gildo Insfrán, las acusaciones de acoso sexual en su contra y el caos en la afiliación de LLA en la provincia lo convierten en un símbolo de todo lo que el partido dice rechazar.
Lejos de representar una alternativa fresca y coherente, González parece ser el producto de un pragmatismo político que prioriza el poder por sobre los principios.
Irregularidades que desnudan su gestión
Como si fuera poco, la gestión de González al frente de la afiliación de LLA en Formosa ha estado plagada de irregularidades. Durante el proceso de inscripción del partido en la provincia, se detectaron anomalías tan grotescas como la inclusión de personas fallecidas en las fichas de afiliación.
La designación de González como cabeza de LLA en Formosa, respaldada por la cúpula del partido, no hace más que sembrar dudas sobre la seriedad del proyecto libertario en la provincia. Si el objetivo de Javier Milei y sus aliados es construir una fuerza que rompa con las viejas prácticas de la política argentina, la elección de un personaje como González demuestra que, al menos en Formosa, el discurso libertario suena más a oportunismo que a convicción.
La pregunta es inevitable: ¿Hasta dónde está dispuesto LLA a comprometer su identidad con tal de ganar terreno? Por ahora, Gerardo González parece ser la respuesta más cruda a ese interrogante.