Pero ahora, es importante que hablemos de Caldera, el intendente que se rige en la Comisión de Fomento de Los Chiriguanos como un verdadero amo y señor. Una especie de mini Gildo Insfrán en su pequeño feudo.

Miedo, amenazas y el control absoluto de las vidas de todos los habitantes, así es cómo trabaja Antonio Caldera, uno de los más fieles al gobernador.

En 2018 quiso atropellar, apuñalar y ahorcar a un periodista

En marzo de 2018, el periodista de FM 93.9 “Malvinas Argentinas”, Marcelo Rojas, acusó de intento de homicidio al intendente de la localidad Antonio Caldera”.

El periodista comentó que tuvo que realizar una exposición porque cuando se encontraba en la casa de unos amigos,  esperando a un primo que llegaba de la provincia de Salta y que posee una camioneta  muy similar a la del el intendente, lo que hizo que al acercarse el móvil, “levanté  la mirada por la confusión y dentro de la misma comienzan a agredirme con improperios irreproducibles, por lo tanto la situación lo obligó a realizar la denuncia”.

También expuso lo sucedido en la noche al culminar su programa radial, y dijo “al terminar mi trabajo, me fui a realizar unas compras y se ve que el señor este Antonio Caldera me estaba vigilando, o alguien le enviaba mensaje avisándole donde yo estaba, entonces voy por una calle poco iluminada por mi mano derecha y entonces me sorprende  una camioneta con la luz alta que  dirigía directamente hacia donde yo estaba para atropellarme, puedo  girar para esquivarlo y veo que se trataba del propio intendente, Antonio Caldera el que intentaba matarme”.

Con respecto a si tenía dudas de que se tratara efectivamente del intendente Caldera, el agredido lo ratificó taxativamente, diciendo que  está convencido que la intención del mandatario era acabar con su vida, ya que agrega a su relato el hecho de que no conforme con lo realizado el agresor baja de la camioneta y con una arma blanca le intentó dar un puntazo que como no tuvo su efecto por ser eludido el acto, arremete esta vez pretendiendo ahorcarlo”.

Afirmó además “no hago críticas a su gestión, pero él siempre lo cree, es un hombre soberbio, que amenaza a todo el mundo, yo trabajé para él cuando no tenía ni para comer, yo le llevaba galleta dura, yo le llevaba mi garrafa, hasta le llevaba leche para que tomen los hijos, nadie daba nada por él”.

Para Rojas, lo que había despertado en su momento el ataque de ira de Caldera, habría sido la denuncia que se hizo contra su mujer, Rebeca Ojeda, presidenta del Concejo Deliberante, a quien acusaron de cobrar tres sueldos con los recibos y sin tener título.

Pero Rojas no se quedó con la amenaza y el intento de asesinato, siguió redoblando la apuesta y lo ha denunciado por la calidad del agua. “Si yo mostrara, parece que está podrida” y además, otra denuncia por la compra de un colectivo al servicio de la comisión de fomento.

Ese es Antonio Caldera, uno de los laderos más fieles que tiene Gildo Insfrán, y que este último fin de semana, repartió mucho de “el amor vence al odio” contra los simpatizantes (muchos jóvenes y mujeres) del equipo de trabajo de Francisco Paoltroni.