Al igual que estar en buena condición física, estar en buena condición espiritual requiere un entrenamiento periódico
Por Claudio Valerio (*), especial para NOVA
En los días de hoy, todos quieren tener un cuerpo perfecto y una barriga lisa; todos quieren estar "en forma". Por lo menos esto es en cuanto los jóvenes, quienes se la pasan gastando tiempo en gimnasios y academias. A las veces desorbitan pero, en el general, eso hace bien a la salud de ellos.
Y si anhelamos tanto estar en perfectas condiciones físicas, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestra alma y condición espiritual? ¿Por qué no "ejercitarse" constantemente para estar en forma en ese aspecto importante de nuestra existencia, y que nos complacería siempre?
En los gimnasios y academias muchas son las personas que necesitamos entrenar diariamente para evitar perder la forma. Un entrenamiento muy bueno es la compasión por el otro, hablarle, escuchar su voz y escucharnos; conocer nuestras voluntades y deseos para nuestras vidas. Otro entrenamiento indispensable es ser agradecidos por lo recibido a diario y aprender a observar y valorar las cosas materiales obtenidas por nuestro esfuerzo y engrandecer nuestra voluntad.
Otro muy buen entrenamiento es la determinación de involucrarse en la acción de obra de caridad, ayudando a otros a encontrarse consigo mismo y también que encuentren su camino para alcanzar una vida de abundante felicidad. Con una buena preparación física para vivir en este mundo y una buena preparación espiritual, tendremos días cada vez más agradables y felices.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires, Argentina), recibe un abrazo, junto a mi deseo de que dios te bendiga y prospere en todo lo que emprendas, y derrame sobre ti salud, paz, amor y mucha prosperidad.
(*) ® Valerius.