A días de cumplir un mes sin Crucero: todos se bajaron del bondi

En estos días la ciudad de Formosa cumplirá un mes sin el servicio de transporte urbano de pasajeros, que debería estar garantizado porque hubo dos partes que firmaron un contrato para que esto sea así. Pero nadie cumple. Los trabajadores de Crucero del Sur llevan a cabo un paro sin precedentes porque acarrean dos meses sin percibir sus salarios. La empresa, se limpia las manos, y con el aviso-advertencia a la Intendencia de que “nos vamos”, ya no se preocupan por lo que pueda pasar de acá hacia el futuro. Por eso ya no cumplieron el acuerdo de palabra al que habrían llegado las partes: choferes, Municipio y empresa, prestar el servicio con al menos 40 unidades para que lo recaudado vaya directo al bolsillo de los trabajadores; y solo entregaron unas 20 unidades, porque casualmente, las unidades restantes, “no están en condiciones de salir a la calle”.
Todos se bajaron del bondi
Crucero del Sur fue un negocio prometedor, lo debe ser aún. Pero así como en su momento, el intendente Jorge Jofré fue capaz de poner una suma millonaria para que los colectivos pasearan su cara y la de sus candidatos en campaña, ahora no piensa poner más un peso en una empresa que, a las claras muestra que se quiere ir.
Pero el primer pasajero que se bajó fue el propio Gildo Insfrán. A modo de represalia, quizás, porque el capitalino, le volvió a dar la espalda, y sobre todo, en barrios donde pensaba que el candidato de su partido, ganaría, quiso hacerles ver lo que es ser gobernados por el neoliberalismo. “¿Quieren colectivos? Paguen lo que tienen que pagar, no vamos a poner un peso, a ver si les gusta el libre mercado”, dijo el gobernador entre sus allegados, a modo de castigar a los pobres que no votaron la opción del justicialismo.
La provincia, excusada en que Nación recortó los subsidios, dijo basta, dejó de enviar los fondos al Municipio para que subsidie a la empresa, aunque sí continuó subsidiando al servicio interurbano.
Funcionarios que no funcionan
El subsecretario de Gobierno devenido Auditor Municipal, Fabián Cáceres y el sui generis Director de Transporte Municipal, Fabián Olivera, no funcionan. El primero, solo capaz de sacar pecho y mostrar poder ante mujeres y funcionarios de menor rango, no se atreve a mostrar los informes (si es que los tiene) de sus estudios hechos dentro de la empresa, y cuando los citan los legisladores de la oposición, contesta por los medios, no cara a cara.
Y Olivera es un recién llegado. Si cuando era concejal no tenía poder de decisión, menos ahora que ha sido nombrado por el intendente Jorge Jofré, el mismo que hace no mucho, era blanco principal de sus críticas. No tiene autoridad para decir nada. El cargo es un invento para justificar su sueldo. Está por debajo de José Olmedo, el verdadero responsable del Transporte en la Municipalidad, y apareció con ínfulas: echar gente, ordenar todo como si fuera el dueño de casa. Pero ya le bajaron el copete, y la propia realidad del transporte, lo está ubicando en su palmera.
La gente, bien gracias
Mientras pasan los días, se acumulan las situaciones incómodas para la gente, cuyo único método de transporte era el colectivo.
Imágenes de un padre llevando a cinco chicos en una moto pequeña, o una madre que tuvo que invertir sus ahorros para comprarle una moto a su hija para que pueda ir a estudiar, son postales de estos días donde solo a la gente parece moverles el amperímetro, el no tener más un servicio como el transporte urbano, mientras que los políticos, juegan a tirarse dardos y títulos picantes por los medios.
La Comisión de Transporte del Concejo Deliberante se ha reunido estos días, y en palabras de la concejal e integrante del cuerpo especializado, Macarena Romero, “nos juntamos pero no decimos nada”.
Sí, la Comisión de Transporte ante la emergencia, con una ciudad que lleva casi un mes sin servicio, se junta a tomar mates y chicanearse. “Traigan recursos”, les dicen los oficialistas a los opositores, que más que salir a los medios a contar lo que pasa, no pueden hacer, porque no tienen mayoría ni siquiera para exigir que les muestren una carpeta.
La empresa ofreció a los choferes darles colectivos, algunos maltrechos, para que ellos tomen la posta. “Hagan su dinero”, sería el mensaje. Pero los trabajadores rechazaron el ofrecimiento, entienden que lo mejor es que Crucero del Sur venda las unidades y les pague las indemnizaciones como corresponden.
Resta saber si Crucero seguirá el camino de San José, la empresa que concesionó el servicio de Ciudad de Formosa, quien se fue debiendo millones al Municipio, y un parque automotor casi destruido. ¿Se repetirá la historia?